Un año después...

Este será creo yo el post más largo que escriba para mi blog, pues básicamente es recapitular todo lo que pasó durante un año, un largo año en mi vida como mamá primeriza, al mismo tiempo se convierte este espacio en una memoria para mi hija, deseo que algún día lo lea y sepa todo lo que papá y mamá vivimos con su llegada, también que sepa que hay datos importantes que hoy en día lamento no saberlos de mí misma porque nunca piensas en estas cosas hasta que las vives y de entrada a mí me hubiera gustado saberlas, pero desafortunadamente no tengo quién me las diga, no tengo a mi mamá que, sin duda, me hubiera recordado "cuál fue mi primera palabra, qué enfermedades me dieron, cómo se sentía ella, qué pasaba por su nuevo mundo", entre muchas más.

Cuando conocí a Ale, mi ahora esposo, supe de inmediato que teníamos una conexión, que podría pasar el resto de mi vida con él, cuatro años de novios hicieron una relación sólida, basada en la comunicación, de hecho, nadie nos cree pero nunca, hasta este momento, nunca nos hemos peleado, claro que hemos tenido diferencias y esas cosas, pero siempre hemos sacado adelante esta relación por la que decidimos luchar.

El día que nos casamos planeamos todo, una boda a nuestro gusto y sin que nadie se metiera, todo lo hicimos nosotros, no tuvimos absolutamente nada de padrinos y fue un día maravilloso. Hablamos de tener bebé dos años después, sí llevamos juntos siete años y repito, los mejores.

Recuerdo perfecto que yo había renunciado recientemente a mi trabajo, triste historia, pero no es el punto. Estaba en casa casi todo el día, lo que me dio tiempo y espacio para arreglar todo lo que teníamos, pues al trabajar ambos, literal no había un orden en casa, nada estaba acomodado, era nuestro lugar para llegar a dormir, decidí que debía ser un hogar, así estuve quitando, poniendo, haciendo, subiendo, lavando, limpiando y ando, ando, ando...

Lo curioso de todo esto es que me cansaba muy rápido, no soy nada, nada deportista y odio hacer ejercicio, pero no era factor para cansarme mucho e incluso, tampoco soy de las personas que pueden irse a dormir un rato, no lo puedo hacer porque cuando me decido se me van las ganas, pero resulta que de la nada me quedaba dormida, me justificaba a mí misma diciendo "es todo el cansancio acumulado de no dormir y de las desmañanadas para ir a #TierraDeNadie (lugar donde trabajaba, en realidad era el Toreo, muy lejos para mí)".

Fueron transcurriendo los días y una noche en plena película YO, ABRYL, ME QUEDÉ DORMIDA, aún me reclama Ale eso, nunca me había dado tanto sueño una película al grado de quedarme a escasos minutos de iniciada DORMIDA, no era la película, era yo.

A mi cansancio extremo tenía que sumarle nauseas, mareos, calor (quienes me conocen saben que soy la mujer más friolenta del mundo mundial internacional), flojera y sueño, mucho sueño. Llegó el fatídico día para todas las mujeres, la menstruación, pero oh gran sorpresa, no sucedió, no soy regular así que no me preocupé, pero pasadas dos semanas sí me preocupé, Ale y yo decidimos comprar una prueba de embarazo, era un domingo de julio, Ale estaba dormido cuando yo decidí hacer la prueba, ya saben, entré al baño, show y a esperar.

Cuando pasó el tiempo yo nada más veía la prueba, tenía miedo, sí, tenía mucho miedo de saber el resultado, algo me decía que era positivo, al verla mis sospechas eran ciertas, estaba embarazada, me recargué en la pared del baño y no sentía nada más que miedo, no sabía cómo reaccionar ante esa noticia que, a partir de ese momento cambiaría todo, ahí fue cuando me empecé a sentir sola.

Sí, lo acepto, no hubo felicidad en mí, quiero aclarar que mi bebé es la bebé más amada y deseada pero yo estaba en shock. Salí del baño y fui al cuarto, me senté en la orilla de la cama y desperté a Ale, no me hacía caso, entonces lo empecé a mover más y más, le hice cosquillas y él se aguantaba, entonces le susurré "¿y cuándo tu hij@ te despierte así, no le harás caso?", abrió los ojos, se levantó, me miró y nada más pude afirmar con la cabeza lo que él se estaba imaginando en ese momento, se hincó, tocó mi panza y sus ojos se llenaron de lágrimas.

En ese momento, tuvimos que planear todo, desde ir a comprobar mediante estudio de gabinete que sí estaba embarazada, hasta la cita con la ginecóloga, el cómo decírselo a la familia, el cuándo decirlo y así empezaría la odisea.

Fueron 38.5 semanas que tuve a mi monstruita dentro de mí, LAS MÁS TERRIBLES y no por ella si no por mí, pasé un embarazo muy malo, desde miles de síntomas como nauseas, vómito, mareos, migrañas (para las cuales tuve que ser demasiado valiente porque no podía tomar absolutamente nada), depresiones, ansiedad y dolores en partes del cuerpo que no creía que dolieran. Eso es en la parte física, pero en la emocional también tuve lo mío, mucho de eso por personas que me lastimaron con sus comentarios, la mitad o más de ellas, mamás que un día fueron primerizas y no lo recordaban.

El día llegó...

Conforme se acercaba más la fecha para que naciera, mi miedo e inseguridad aumentaba, nadie me quitaba de la cabeza que prefería mil veces una cesárea, pero al final, dejé que las cosas sucedieran como mi cuerpo y bebé quisieran. Un domingo 09 de abril del 2017 aproximadamente a las seis de la mañana me despertaron unas ganas enormes de ir al baño, no era mi máxima ilusión pararme e ir, pues yo era una ballena y me costaba mucho trabajo levantarme, además la ciática era mi peor enemiga, pero no había manera de aguantarme, como pude logré ir al baño, mi ropa y mi pantiprotector estaban mojados, me dije a mí misma "y ahora, ¿a poco de plano ya no estaba aguantando?", hice los cambios necesarios y regresé a la cama.

Unos 20 minutos después empecé a sentir que algo me escurría entre las piernas, tuve que volver a hacer el esfuerzo de pararme para saber qué pasaba, cuando logré con ayuda del bastón que tenía a un lado de la cama ponerme de pie, sentí como me caía un balde de agua, algo mojaba toda mi pijama, mis piernas y vi literal un charco de "agua" en el piso, me quedé parada sin entender lo que sucedía, creo que quedé en shock como cinco minutos hasta que me cayó el veinte y supe en ese momento que eso era la fuente, se me había roto la fuente y Regina ya quería nacer.


Pocos saben que durante el embarazo le di algunos sustos a Ale, sustos porque me daban calambres o bebé se movía tanto que me dolía, él me dijo "por favor, llegado el momento, no te vayas a asustar, no vayas a gritar, dime con calma las cosas" y al cliente lo que pida, yo parada en el charco ya reaccionando de lo que estaba por suceder, me moví un poco para poder tocar el hombro de Ale y susurré con toda la calma del mundo "Ale, amor, se me rompió la fuente", no pasó ni medio segundo cuando él ya estaba de pie, corría de un lado a otro, iba y venía, movía cosas, hablaba para sí mismo y de repente se quedó parado en medio de la sala, volteó a verme y me dijo "¿qué hago?".


Les juro que yo estaba muy tranquila, obviamente tenía nervios, tenía miedo, pero estaba tranquila, es más, yo fui la que le dijo "tranquilo, llámale a mi papá". Nos pusimos de acuerdo, mi papá subió corriendo, ya había localizado al doctor, hablé con él, me hizo algunas preguntas, me pidió que me bañara y que me fuera al hospital, que lo vería a las nueve de la mañana.


Hicimos eso, tomamos las cosas que yo ya tenía preparadas desde tres meses atrás, papeles y maletas, pedimos Uber y nos encaminamos al hospital, en eso contracción fue un dolor largo, raro y el único que me dio. Al llegar al hospital entré y hay una historia graciosa en ese inter entre mi papá y el papá de Ale, que un día les contaré con más calma. El doctor me revisó y me dijo "Abryl, cero dilatación, llevas ya varias horas que se rompió la fuente, que es la protección de tu bebé, tengo que hacer cesárea", recuerdo que yo nada más dije ok, tampoco me desagradó la idea, ni mucho menos esperar a ver si podía ser natural.


Hago memoria de ese momento, estaba sentada en la cama con la bata puesta y mi pensamiento en blanco, no sabía lo que venía, tenía miedo, estaba totalmente callada, no decía nada, Ale siempre estuvo ahí, estaba nervioso, no dejaba de dar vueltas, llegó la enfermera por mí y me dijo que era hora, tomé la mano a Ale y le dije "te amo", él no podía pasar al quirófano, llegué a éste y ya estaba todo preparado.


Eran las 11:00 de la mañana cuando #BebéRegina nació, la escuché a lo lejos llorar, la vi de reojo cuando la pediatra me la acercó, estaba tan anestesiada que no recuerdo más, cuando abrí nuevamente los ojos, estaban bajándome al cuarto, vi a mi papá y a mi hermano Isaac, yo preguntaba por mi bebé y por Ale, él estaba con ella y yo tenía que recuperarme.


Varias horas después llegó en un carrito, ella con su ropa, tan frágil, pequeña y hermosa, tenía en mis brazos a un ser de 47 centímetros, tres kilos 200, llena de cabello y dos dientes inferiores, una nueva aventura estaba comenzando.


Casi 365 días después...

Digo casi 365 días después porque no pude estar con ella todo este transcurso de días, me pasaron tantas cosas que fui a parar nuevamente al hospital días antes de que ella cumpliera un mes de nacida, tuve una cirugía que como todas tenía sus riesgos, aunado a que ya había pasado por una previa, que no llegaba ni al mes, afortunadamente todo salió bien, pero fueron aproximadamente 20 días que no la tuve conmigo, no podía ser su mamá, porque su mamá se sentía mal, independiente de la cirugía, la depresión me ganó, llegué a pensar que me olvidaría, que no sabría quién era yo cuando estuviéramos otra vez juntas, que no podría ser una buena mamá, que por el tiempo, el medicamento y otros factores perder la leche que la alimentaría me hacía la peor mujer del mundo y que por más que luché por retomar la lactancia no lo logré.


Esos y otros pensamientos pasaban por mi mente, era difícil sentirme fuerte cuando muchas personas a mi alrededor no me ayudaban y me decían cosas que me lastimaban, cosas que insinuaban que yo me había provocado todo esto por como soy, conforme pasa el tiempo vas comprendiendo y vas dándote cuenta que no es así, que aquellos que hablan lo hacen muchas veces por hablar, por decir algo que te aliente, sin darse cuenta que te lastiman, personas que como antes dije, fueron mamás primerizas y olvidaron todo lo que vivieron y pensaron en ese momento.


Todos los bebés son distintos, ninguno sigue las reglas o el proceso de otros, Regina desde que nació es una bebé intensa, hace cosas que parece de alguien con más meses, decide por sí misma y tiene carácter, muchos dirán que no puede decidir, pero sí lo hace y hay que saber cómo encaminarlos y comprender lo que necesitan.







Regina...

Mi bebé, hoy es 09 de abril del 2018 cumples un año de vida, me has dado un año lleno de aprendizajes, lleno de lágrimas, lleno de enojos, lleno de frustración, lleno de miedos, lleno de alegrías y risas. Me hiciste más paciente, más tolerante, también hiciste que terminara varias veces tirada en suelo llorando porque no sabía qué necesitabas y tú llorabas, porque no había quién me dijera "le pasa esto", estaba sola, estábamos tú, yo y mi miedo a lo desconocido.


Regina, amor:


Llevo un año sin dormir bien...

Llevo un año sin comer bien...
Llevo un año cuidando tu sueño...
Llevo un año verificando a cada instante que respires...
Llevo un año procurando que no te destapes en las noches...
Llevo un año cuidando de ti cuando te enfermas...
Llevo un año desarrollando mi oído al cien por ciento para escucharte...
Llevo un año cambiándote pañales aunque no te guste...
Llevo un año sin poder traer el cabello suelto porque te encanta jalarme...
Llevo un año sin maquillarme porque no me da tiempo...
Llevo un año sin vestirme como me gusta porque el pants es mi mejor aliado por lo rápido que es ponérselo y porque mi ropa no me queda aún bien...
Llevo un año sin poder ir al cine...
Llevo un año sin tomarme un café tranquila con tu papá...
Llevo un año bañándote y haciendo circo, maroma y teatro para que lo disfrutes...
Llevo un año en donde mis sueños, planes y metas se frenaron...
Llevo un año investigando todo sobre bebés, leyendo y aprendiendo...
Llevo un año llevándote al pediatra porque me preocupa tu salud y mes a mes quiero estar segura de que estás bien...
Llevo un año con la casa de cabeza, sin poder tener orden y cuando lo hay no pasan ni cinco minutos cuando ya hay un biberón tirado, la caja de juguetes en el suelo y el círculo vicioso de los platos sucios en la mesa...
Llevo un año en el que cada vez me siento más pelona, porque se me cayó el cabello a puños...
Llevo un año sin poder bañarme tranquilamente...
Llevo un año sin poder ver una película completa en un solo día...
Llevo un año sin salir a comer con mis amig@s como yo quisiera...
Llevo un año sin procurar mi trabajo, lo tengo pero en breves momentos...
Llevo un año viendo cómo vas creciendo...
Llevo un año viendo tu sonrisa, tus dientes, tu cabello más largo, tus manos y tus pies...
Llevo un año sin poder pintarme las uñas...
Llevo un año desvelándome porque hasta que duermes puedo hacer medianamente cosas, principalmente trabajar y lavar biberones...
Llevo un año recibiendo comentarios negativos de la forma en la que soy contigo y cómo hago las cosas...
Llevo un año lleno de lágrimas, muchas de tristeza y miedo...
Llevo un año con pocas felicitaciones porque lo estoy haciendo bien...
Llevo un año sin comprarme ropa, maquillaje, bolsas o zapatos...
Llevo un año encerrada en mi casa, contigo, saliendo de vez en cuando con papá, porque es toda una mudanza cuando lo hacemos...
Llevo un año queriendo ser constante en este blog y sus redes sociales, escribir todo lo que nos sucede juntas...
Llevo un año o medio año, preparando cuidadosamente tus papillas...
Llevo un año cuidando que no te caigas porque eres muy intrépida y aún así, ya te caiste tres veces... y contando.
Llevo un año sin usar mis bolsas y mochilas, porque las tuve que cambiar por pañaleras...
Llevo un año sin un manicure y/o pedicure...
Llevo un año sin poder dormir boca abajo, porque aunque ya naciste, después de la operación de la vesícula siento un hueco que no me deja acomodarme...
Llevo un año planeando comer tranquilamente en la mesa del comedor, lo cual es poco probable porque tiene muchos trastes sucios o es más fácil en la mesita de la sala...
Llevo un año siendo más tolerante contigo, repitiéndome a mí misma "Abryl, tranquila, no explotes, calla, no digas nada, es una bebé, poco a poco irá entendiendo lo que tú quieres que entienda"...
Llevo un año siendo juzgada porque nada más pude darte leche materna un mes y luego, por más que intenté no pude retomarlo...
Llevo un año siendo la peor madre del mundo, para muchos...
Llevo un año diciéndome qué tan equivocada estaba cuando decía que no dejaría que vieras tv antes de los dos años, hoy Masha y el Oso y Doctora Juguetes son mis mejores aliados.
Llevo un año procurándote al mil por mil, más que a mí misma...
Llevo un año siendo tu mamá, siendo la persona que nunca creí ser...
Llevo un año tratando de entender porque las mamás pueden ser tan hirientes con sus comentarios, cuando ellas también fueron primerizas y no sabían qué hacer.
Llevo un año queriendo sentarme a leer mis libros pendientes, pero no ha sucedido...
Llevo un año tratando de explicar que en efecto no tienes tiempo, que éste se va tan rápido que muchas veces la noche puede agarrarte aún en pijama...
Llevo un año pensando en cuál será la mejor manera de educarte, de guiarte...
Llevo un año invocando la presencia de mi mamá y de tus bisabuelos, deseando saber su opinión de cómo lo estoy haciendo...
Llevo un año complicado económicamente, pero luchamos porque nada te falte...
Llevo un año explorando tu pequeño mundo a tu lado...
Llevo un año tratando de entender por qué dicen que si tienes una mascota y/o una planta y los sabes cuidar, estás preparado para tener un bebé, temo decirles que no se puede comparar en lo absoluto.
Llevo un año dejando de ser periodista para ser mamá y ama de casa, pero no olvidando mi carrera, por la que luché mucho...
Llevo un año adivinando tu pensamiento...
Llevo un año riéndome de aquellos que dicen querer dormir como bebé, no saben lo que dicen...

Llevo un año contigo y todo parece malo, todo parece abrumador y lo es porque nunca nadie dijo que era fácil tener un bebé, pasan tantas cosas que a la sociedad le encanta disfrazarlo como la mejor y única buena etapa de la vida de las mujeres, cuando no es así, al menos yo no lo veo así, ser mamá es algo mucho más grande, nada color de rosa, las películas disfrazan lo que puede ser un embarazo, la mujer perfecta, que es más mujer por haber tenido un bebé, no es así, aquellas que luchamos por salir triunfantes en nuestras profesiones es porque nos esforzamos y muchas veces ser madres es un complemento para nuestra vida, habrá quienes se sientan plenas siendo mamás y se respeta al cien por ciento, pero no olvidemos que podemos ser mamás, trabajadoras, esposas y amigas, porque es una lucha constante y es un logro hacerlo.


Me dispongo a que seas una mujer triunfadora, que luches por alcanzar tu más locos sueños y que valores todo lo que llega a tu vida, desde tu propia vida hasta lo que obtengas trabajando por ti y no por satisfacer a una sociedad que estigmatiza aún a las mujeres, serás grande, tanto como te lo propongas.


En medio de todo lo que me ha sucedido, quiero que sepas que te amo infinitamente, que me has cambiado la vida, que inyectaste algo más en mí, que no me perderé y que estaré el tiempo que deba estar a tu lado, triunfa porque un año es apenas el inicio de muchos más en los que serás una gran persona. Valórate, supérate y lucha, contarás con el apoyo de papá y mamá. ¡Te amamos!



¡Feliz primer cumpleaños Regina!



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¿Cosas inservibles?

Cuando nació monstruita me topé con muchos post que decían básicamente "lo que no debes comprar para la llegada de tu bebé" o &qu...